Por: Chetana Kallakuri, Shruti Vaidyanathan, Megyn Kelly, Rachel Cluett
Julio de 2016
La eficiencia energética es, a menudo, el medio menos costoso de satisfacer la creciente demanda de energía.
Los gobiernos “que fomentan la inversión” en eficiencia energética e implementan políticas de apoyo, hacen ahorrar dinero a sus ciudadanos, reducen la dependencia de las importaciones de energía, y disminuye la contaminación.
Sin embargo, la eficiencia energética “sigue siendo infrautilizada masivamente” a nivel mundial a pesar de sus múltiples beneficios comprobados y su potencial para convertirse en el único recurso más grande para satisfacer la creciente demanda de energía en todo el mundo.
La tercera edición de la eficiencia Internacional de la Energía de ACEEE examina las políticas de eficiencia y rendimiento de 23 de los principales países consumidores de energía del mundo. En conjunto, estos países representan el 75% de toda la energía consumida en el planeta y más del 80% del producto interno bruto mundial (PIB) en 2013. Se evaluó y calificó las políticas de eficiencia de cada país y la eficiencia con que utilizan sus edificios, sectores de la industria y el transporte energía.
Las métricas destacan las buenas prácticas que utiliza un país, tales como los objetivos de energía nacional de ahorro, las normas economías de combustible en vehículos, o las normas de rendimiento energético de los electrodomésticos.
Evaluamos cada país utilizando 35 políticas y métricas de rendimiento repartidos en 4 categorías:
- edificios, la industria, el transporte y los esfuerzos generales nacionales de eficiencia energética.
Nos asignaron 25 puntos a cada una de estas categorías 4 y adjudicó el número máximo de puntos para cada métrica de al menos 1 país.
Alemania obtuvo la puntuación más alta con 73.5 de 100 puntos posibles, seguido de cerca por Italia y Japón, empatado en el segundo lugar con 68,5 puntos. Alemania obtuvo el mayor número de puntos en los esfuerzos, los edificios y las categorías nacionales de la industria, mientras que la India ató con Italia y Japón para el primer lugar en el transporte. El país más bajo de puntuación fue Arabia Saudita, con 15,5 puntos. Brasil y Sudáfrica completaron los puestos de descenso, aunque con puntuaciones significativamente más altas de 32,5 y 33 puntos, respectivamente (véase el gráfico a continuación ES1).
Nuestros resultados indican que existen importantes oportunidades de mejora en todas las economías evaluadas en este informe. La puntuación media fue de sólo 51 puntos. los países en desarrollo con baja calificación como Brasil, Sudáfrica, Tailandia y México tienen un gran potencial para construir la eficiencia energética en su continuo crecimiento económico mediante la implementación de políticas en sus sectores industriales, edificios y transporte. Sus contrapartes más desarrollados podrían dar el ejemplo y aplicar políticas ambiciosas que reducirán aún más el consumo de energía.
Estados Unidos ocupa el puesto 8 de los 23 países. Su puntaje mejoró a 61,5 puntos de 42 puntos en la edición anterior, en parte debido a un mejor desempeño en los esfuerzos nacionales y las categorías de edificios. EE.UU., progresar hacia una mayor eficiencia energética y se ha visto favorecido por estrictas normas de economía de combustible para los vehículos ligeros y pesados, el crédito fiscal integral y programas de préstamos para fomentar la eficiencia, y las asociaciones voluntarias entre el gobierno y la industria. Los Estados Unidos tienen normas de electrodomésticos y equipos más obligatorias que cualquier otro país evaluamos, que abarca más de 60 categorías de productos.
Sin embargo, la eficiencia energética de Estados Unidos todavía se queda por detrás de Alemania, Japón, Italia, Francia, Reino Unido, China y España. Los Estados Unidos pueden hacer aún más progresos en la aplicación de políticas de eficiencia y reducir el consumo de energía. Este informe ofrece una serie de recomendaciones de política para alcanzar ese objetivo.
ESPAÑA
España empató con Canadá por el quinto lugar en la categoría de edificios. El país tiene fuertes códigos de construcción obligatoria para los edificios residenciales y comerciales, que cubren una amplia gama de elementos técnicos. Además, España cuenta con los requisitos de renovación en lugar de todos los edificios como parte de su código de construcción. España es también uno de sólo un puñado de países con un programa obligatorio para la construcción de etiquetado y la construcción de la divulgación de la energía.
España ocupa el sexto lugar en la categoría nacional esfuerzos. obligatoria meta de ahorro de energía de España en virtud de la Directiva sobre la eficiencia energética de la UE (2012/27/UE) se dirige a un ahorro energético del 20% en 2020. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la agencia nacional encargada de la promoción de la eficiencia energética, está llevando a cabo este objetivo nacional con un enfoque en la mejora de la intensidad energética del 2% cada año desde 2010 hasta 2020, a través de este objetivo y sus políticas de apoyo España ha experimentado un éxito en sus esfuerzos nacionales.
Áreas para mejorar
Hay un montón de espacio para la mejora en el sector industrial en España. España genera muy poca electricidad procedente de la cogeneración y no tiene objetivos o incentivos reales de cogeneración. La reforma 2012-13 mercado eléctrico afectó al sector de cogeneración de forma muy negativa. la generación de electricidad en las plantas de cogeneración de alta eficiencia se clasificó para las tarifas de alimentación y primas antes de la reforma, pero estos fueron abolidos en 2013.
España también tiene margen de mejora en el transporte. Se obtuvo buenos resultados en comparación con los otros países analizados en este cuadro de mando, pero podría mejorar la intensidad energética del transporte de mercancías y aplicar políticas para estimular un mayor uso del transporte público. España puede mirar a las políticas de otros países europeos, como Italia y Alemania, que han contribuido a reducir VMT, aumentar el ahorro de combustible promedio, y fomentar el uso del transporte público.
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