El compromiso adquirido por la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático supone reducir en un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero en el horizonte 2020. Con vistas al año 2030, se está planteando en el paquete de invierno una reducción del 40 %, preparando un camino que debe conducir a una reducción del 80- 95 % en 2050, respecto a 1990, objetivo apuntado en el mapa de ruta de energía y clima de la Unión Europea.

A nivel europeo existen, en el campo de las tecnologías del hidrógeno, potencialidades y objetivos para el año 2030, como alcanzar una flota de 5 millones de vehículos eléctricos de pila de combustible y 13 millones de usuarios privados o el uso de 600 kt de hidrógeno en el sector industrial. Con estas cifras se podría conseguir la reducción de 80mt de CO2 y la creación de 850.000 empleos.

En el contexto nacional, alcanzar los objetivos de reducción de la contaminación supondrá pasar de unas emisiones actuales del orden de 320 Mt de CO2 equivalente a 14-57 Mt de CO2 equivalente en 2050, un objetivo ambicioso que supondría una inversión de 360.000 M€ hasta el año 2050.

Los automóviles de hidrógeno, que basan su funcionamiento en la generación de electricidad a través de una pila de combustible, cuentan con el distintivo “cero emisiones”. Este nivel está compuesto por automóviles que no emiten C02 a la atmósfera y no resultan perniciosos para la contaminación del aire.

Este tipo de vehículos dan respuesta a diversos planes de movilidad que tienen como fin la reducción de la contaminación, como sucede en Madrid. Pero, además de suponer un importante impulso para el medio ambiente, la industria del hidrógeno podría tener beneficiosas repercusiones en el terreno económico, social y medioambiental.

De esta manera, se estima que, en 2030, podría alcanzar un volumen de negocio de 1.300 millones euros al año, y la creación de 227.000 puestos de trabajo.

Fuente: ABC

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